miércoles, 18 de abril de 2012

día 158 tirando de farmacia

Después de una noche sudando y dando vueltas me despierto con un horrible constipado que me bloquea el cerebro. Me acuerdo de cuando me decían que si tenía fiebre es que estaba creciendo. Yo me voy igual, ni un milímetro más. La única novedad viene introducida por lo que toso, por lo que me sueno los mocos y por lo que me duele la cabeza. 

Desde que soy portadora de tornillos y, al contrario que Frodo, no puedo ni quiero deshacerme de ellos, estar resfriado suma un punto en la escala de complicarse la vida. Dos, si tenemos en cuenta que también estoy operada de sinusitis.

Decido no ir a clase y no salir de la cama. Creo que es la decisión más acertada que he tomado en los últimos meses.

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