viernes, 13 de abril de 2012

día 139 adiós amiga

El día se despierta premonitoriamente gris, con sus nubes pesadas y su lluvia a rachas. Desayunamos y bajamos a Manhattan. Un poco más de quinta avenida. Hoy toca parade de griegos. Hay millones de carrozas por todas partes, pero el desfile empieza demasiado tarde como para que podamos verlo entero aunque, eso sí, algún legionario nos cruzamos en el camino de vuelta.

Volvemos al barrio y probamos otro italiano. La sensación de final se respira en los diálogos. 

Bajamos las maletas, con la esperanza de que todas entren en el taxi y mientras se van subiendo me da el ataque de llorera. Ha sido bonito compartir este camino, descubrir a una persona, tener en quien apoyarme y confiar. Te voy a echar mucho, mucho de menos Carol. Espero que la vida nos vuelva a cruzar pronto.

La última foto que te he sacado probablemente es la peor de todo el viaje, pero es la última, es el adiós en Astoria pañuelo en mano. Que la próxima aventura que vivas sea igual o mejor.

Me quedo triste. Dos segundos después de que el coche tome su dirección al aeropuerto me invade una sensación de soledad que hacía años que no me acompañaba. El barrio ya no me gusta, ya no es el mismo si no estamos las dos. Me alegro de haber decidido cambiar de zona. 

El espárrago de casa sigue sin dirigirme la palabra, no sé ni si se ha despedido de Carol. Trabajo un rato. Me cuesta, pero algo adelanto en mi cerebro. Cuatro horas después voy al metro a recoger a Dan y a Cristina. Es reconfortante no pasar la primera noche sola sola, es bueno tener un pedacito de Madrid aquí aunque sea por una noche.

Dejamos sus maletas en casa, cogemos unas porciones de pizza y bajamos al parque de Astoria, a cenar viendo Manhattan encendido. Unas cervezas después me siento en casa de nuevo. La visita es breve pero intensa, Dan siempre me ha hecho sonreír, me gusta tenerlo como amigo.

2 comentarios:

  1. Vaya Raquel... si te sirve de consuelo yo fui llorando todo el camino al aeropuerto. El taxista me daba conversación para que me distrajera, pero no puedo recordar ni una palabra de lo que me dijo...en el aeropuerto no fue mejor... Te echo de menos, no pararé de dar las gracias porque te cruzaras en mi camino, no habría durado ni dos semanas...nos veremos muy pronto, seguro. TE QUIERO MUCHO

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