martes, 10 de abril de 2012

día 134 los primeros carritos de helados

La gente de Occupy Wall St se ha trasladado a Union Square. Es curioso ver cómo luchan contra el capitalismo, cómo tienen pancartas en contra de un sistema que nos vuelve consumistas y, a la vez, a escasos 20 centímetros, ellos mismos, vendan camisetas con eslogans por el módico precio de 30 dólares. Por más que se empeñen, la pureza de los sesenta nunca volverá. Siempre hay alguien dispuesto a hacer dinero de cualquier cosa o quien está entre el tumulto con la esperanza de verse en la televisión.

Me paseo tranquilamente hasta clase. El día acompaña. Estirar las piernas por Broadway se está convirtiendo en un deporte divertido. Cuando vuelva a Madrid la Gran Vía me parecerá un desierto.

Los carritos de helados empiezan a aparecer por las esquinas, con su particular musiquilla reconocible a kilómetros. 

Las chicas llegan hoy aún más cansadas que ayer, pero antes. Cenamos las cinco juntas en el japonés de la esquina. La sopa de miso y el shusi me sientan de maravilla. 

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