Parece que el color sienta bien. La gente de clase me dice que les gusta, que me pega y que se me ven más los ojos. Qué más puedo pedir.
Después de clase acompaño a Aline a por cupcakes y me doy un paseo ligero hasta Union Square.
Al llegar a casa rasco un rato a Fred y luego me pongo a trabajar.
Ya está. ¿Quién dijo que la vida de alguien que escribe era interesante?
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