jueves, 29 de diciembre de 2011

día 46 compartiendo una mañana con el hombre tortuga

A las nueve y media estoy en casa de Aline. Tiene un apartamento precioso con vistas curiosas al mundo del ladrillo. Si os atrevéis con el italiano, el blog que escriben ella y su chico de su vida en nueva york es muy interesante.
Tras un primer intento fallido conseguimos entrar en la casa de Morgan, un apacible hombre tortuga con pinta de octogenario que vive con su sobrino Michael y un pit bull que al principio asusta pero que luego es todo amor.
La mañana de rodaje es preciosa, hay una armonía especial que se respira en esa casa que te inunda los pulmones. Cuando acabamos, mientras recogemos, Norman nos hace dos regalos: el primero es una colección de artículos de prensa sobre cosas que han sucedido en el edificio, el segundo es enseñarnos las vistas desde la planta 14, todo un lujo ver desde Harlem al Downtown sin moverte del tejado. Espero volver a cruzarme con él. 
Cogemos el metro volando y bajamos a la escuela, que hemos quedado con Lucas para rodar por la tarde su práctica. Quiere rodar un tren, pero está prohibido rodar en las estaciones, así que al final cambia sus planes y volvemos a Harlem, está vez a la 110, justo donde acaba Central Park. En un par de horas, entre otras cosas porque nos vamos quedando sin luz, acabamos. Devolvemos el material y huyo a casa. En el metro me doy cuenta de que mañana es Nochebuena, no sé si es porque estoy lejos de la familia o porque la navidad nunca me ha terminado de convencer, pero este año me pilla más desprevenida que nunca.

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