jueves, 29 de diciembre de 2011

día 44 gracias lars

Después de desayunar yo me siento a trabajar y a Carol le pega un ataque de limpieza. Gracias a ella ya nos podemos duchar en una bañera y no en una piscina. La he ayudado a sacar la peluca que escondía el desagüe que ya estaba a punto de alcanzar la categoría de rata mojada. Ahora el baño es blanco, poco a poco la casa es cada vez más casa.

Aline me escribe ofreciéndome un plan al que no puedo decir que no, así que después de comer nos bajamos a Manhattan y aterrizamos en el Lincoln Plaza Cinema. Por fin al cine, me embarga la emoción. Un mes y medio sin películas a la vieja usanza. Para celebrarlo doble y con más entusiasmo tenemos reencuentro con mi querido Lars... si fuera capaz de hablar danés otro gallo cantaría en mi vida.
Salimos del cine como se sale siempre de sus películas con la boca demasiado abierta y el cerebro tremendamente agitado. Qué ganas de soñar despierta.

Nos regalamos un rato de charla en la puerta poniendo en común las imágenes y nos despedimos. Mañana toca madrugón y rodaje.

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