jueves, 8 de marzo de 2012

día 106 emoción a bordo

Dedicamos la mañana a pasear en torno a la zona cero, esa mezcla de dolor colectivo y reconstrucción mental que emana a borbotones entre los mil obreros que se mueven entre sus arterias.

Caminamos hasta el Hudson y nos quedamos un rato en el parque que hay junto al World Financial Center, donde las corbatas desfilan en manada a la hora del brunch. El sol hace que el río hasta parezca azul. 

Volvemos a Broadway para entrar en el meollo de la pesadilla: en Wall Street. Pasamos por la bolsa entre mil personajes que fotografían la estampa. Vemos el toro que un día un individuo decidió plantar en medio de la calle y la ciudad decidió adoptar. Aún sigo dándole vueltas a cómo colocó semejante bicharraco en medio de la calle sin que nadie se percatara de su azaña.

Bajamos hasta el embarcadero de Staten Island Ferry. Mi madre está especialmente nerviosa por saludar a la señorita Libertad de cerca, aunque lo intenta disimular. Nos subimos en el barco rápidos y escurridizos y pillamos primera línea en el exterior. El barco naranja es sin duda el mejor para hacer este viaje. Hay luz y brisa fresca. Mi madre no puede contenerse más cuando el corto viaje arranca y por fin le dice a su cerebro que ya ha hecho un sueño realidad. Javier está sorprendentemente contento encima del agua, nunca lo hubiera imaginado, y se pasea, apresurado, de un lado al otro sacando fotos desde todos los ángulos posibles.
Al llegar a Staten Island, viendo que es tarde, que hay otro barco embarcando gente y que los veinte minutillos de viaje les han sabido a poco decidimos subir de nuevo a surcar las aguas, como si fuéramos unos colones posmodernos rumbo a las américas. 

Cuando llegamos a Manhattan el viento empieza a ser terrible. No sé por qué el aire aquí siempre está tan enfadado. Quedamos con Carol para comer. Generosas sopas y ensaladas para entonar el cuerpo. 

Recuperados y con el sol amenazando con abandonarnos, caminamos Broadway hasta el infinito y más allá en busca de los mil regalos que quieren llevar a las españas.

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