viernes, 11 de noviembre de 2011

dia 4 caponata por central park

Arriba, té, de 100 bolsas a 99c, con leche Tuscan, Fat Free Milk de 3,78 litros en botella de plástico, con sanwich de mantequilla y mermelada, tarrinas sisadas ayer del restaurante sin cerveza.
Nuevo cambio de estrategia... contactos. Día relajado, respirar, pasear, turistear. Algún momento oficina para expandir el conocimiento de nuestra necesidad de casa.

Fulton St station, nuestro punto clave al sur de manhattan. A la vuelta se respira patriotismo, obreros con banderas pegadas en los cascos, carteles, policías, barras y estrellas, es el memorial, donde estaban las torres gemelas, algo que el cine inmortalizó en sus decorados pero que ya no podemos ver en directo.

Mucho uniforme condecorado, que pasea el tintineo de sus medallas, nos sonríe, alguno incluso nos saluda.

A pocos metros, aun más rodeados por policía y sitiados por vayas está la ramificación del 15M. Nos sale el orgullo patrio. El espacio es pequeño y están apretadas, no sé porque da más sensación de zoológico que de otra cosa. Desde el otro lado estiran cubos y cajas pidiendo dinero, cantan mirando para fuera mientras los cientos de turistas les sacan fotos... solo falta que les tiren cacahuetes.
Seguimos el camino, Broadway arriba, que ya es casi más familiar que la Gran Via. Paseamos sin rumbo y con cerebro relajado, a medio camino cae una porción de pizza, una visita a un pharmacy, la Time Out... Nos sentamos en Union Square, entre ardillas, perros, colgados, sonrientes, Blondie, cuadernos que crecen, periódicos que se arrugan y me acuerdo de que aun no he visto Central Park, así que subimos al metro.

5th Avenue, con todo su resplandor, su dinero, sus limusinas, sus posh en las terrazas, sus hoteles. sus chofers, sus chaqués, sus tacones de aguja. Compramos comida para llevar, una maravilla digna de gourmet, y nos la llevamos a Central Park.
Sienta muy bien, momento contemplativo. Después paseo por el parque que es eterno, llueven hojas, hay mil colores, patinadores de hielo, paseantes despistados, cámaras de fotos, parejas de la mano, niños que corren, perros que ladran, la vida se multiplica. Nos cruzamos con Caponata, Falete y la prima de Yoko Ono.

Hace frío, de camino al Dakota nos encontramos un libro. Metro, compra, más americana que nunca (leche, mantequilla de cacahuete y cervezas)

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