jueves, 16 de febrero de 2012

día 90 proud to be new yorkers

La mañana se alarga en la cama, primer día sin madrugar en siglos, se me había olvidado la sensación de no tener prisa. 

Quedamos con Antonio, vamos a ir todos a ver la Superbowl juntos a un bar, nosotras tres a sentirnos integradas, Antonio a trabajar. El partido es largo y tenso, la gente se anima y se agobia por instantes. Nunca había aguantado tantas horas seguidas viendo un evento deportivo por la tele, con millones de anuncios entre medias y actuación, bastante justita, de Madonna, que está a punto de estamparse cuatro veces.

En la mesa también está un amigo de Antonio, Mikele, un francés con más brazos que un pulpo que intenta colarse en la cama de la chica que ha traído, una mujer que como se estire más se parte y que a mitad del partido me hace el comentario que más me ha descolocado en mi vida cuando me ve sacar la cámara: "¿para quién haces las fotos?". La miro, me lo pienso y contesto orgullosa: para mí. Ella me mira sorprendida, sé que en su cabeza piensa: pero eso no está pagado ¿verdad? 
También está Heather, una compañera de clase de Carol muy divertida y muy canadiense ella, aunque vive en Colorado. Hay barra libre de alitas de pollo fritas picantes. Las camareras se pasean con un embudo enganchado a un tubo en una mano y una jarra de cerveza en la otra, cuando alguien se anima ellas le enchufan el tubo para que engullan como ocas a la espera de hacer foie gras mientras los amigos de turno gritan ¡¡¡bebe, bebe, bebe, bebe...!!!! Otra cosa que he podido comprobar que no sólo existe en las películas.

El último minuto nadie en Duke´s respira, pero cuando pitan el final del partido es imposible no sentirte invadido de orgullo porque los Giants han ganado. Suena de fondo New York, New York de Sinatra y todos cantamos a gritos como si ya se pudiera acabar el mundo. 

Replegamos con la intención de volver a casa pero la euforia colectiva que se respira en las calles nos lleva a la aventura de ir a Model´s a ser de los primeros en comprar la camiseta oficial de los Giants como Champions de la Superbowl 46. No contentos con eso nos vamos a Grand Central a sacarnos una foto con la equipación puesta junto al reloj para poder demostrar la hora. La foto nos la acaba haciendo un policía gigante que se nos acerca a preguntarnos si sabemos hasta qué hora estarán vendiendo las camisetas. En esta ciudad nada tiene desperdicio. Como no tenemos suficiente, caminamos hasta Times Square, donde oleadas de azul gritan con alegría Let´s go Giants. 







 Pues eso... Let´s go... let´s go!!!

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