lunes, 23 de enero de 2012

día 65 el ataque de la pulga elefante

Sana ha descubierto que las ronchas raras que tiene en el cuerpo se deben a una especie de pulga. No deja de ser curioso que se hayan aposentado en su cuarto y que hayan decidido no salir de su palacio bajo ninguna circunstancia. Siempre tenemos todas las puertas abiertas y podían haber campado a sus anchas como auténticas ocupas, pero han preferido respetar las líneas fronterizas.
El súper del edificio ha venido y se ha limitado a mirar y darnos un spray que podríamos haber comprado nosotras solas en el CVS, pero parece más profesional todo si te lo dice alguien que tiene menos acento americano que tú. 
Mudanza hacia fuera y hacia dentro, colchón desinflado y de nuevo gitanerío por toda la casa. Cuando por fin veo lo que Sana llama bedbug descubro que es más grande que una canica. ¿Qué comen aquí los animales para convertirse en engendros gigantescos? 
Bajamos a la laundry con la primera tanda de ropa. Instrucciones de uso: lavado a supertemperatura más secado al estilo desierto recocido. Resultado esperado: cementerio de bichos bola. Paseamos un poco por el barrio mientras tanto. Hace frío y chispea, pero un poco de aire cuando hay agobio siempre es sano. 
Sana se muda a la habitación de Carol, cenamos y caemos rendidas antes de decirnos buenas noches.

Nota para futuros residentes: sean ustedes conscientes de que en esta ciudad las plagas de pulgas, cucarachas, ratas y demás alienígenas están a la orden del día.

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