lunes, 23 de enero de 2012

bonustrack por el retraso

En esta ciudad, y probablemente en todo el país, hay una serie de cosas que me cuesta entender:

Se permiten hablarnos sobre el cambio climático y tienen la calefacción y el aire acondicionado encendidos a la vez, se compensan en busca de la temperatura deseada. 

El papel del baño no tiene termino medio. El de una capa es sustitutivo del clásico rizla naranja y para momentos de emergencia es ideal para liar un cigarrillo. El de dos capas es más bien una toalla del teletienda o un papel de cocina ultra absorbente en miniatura. Se puede comprar en paquetes de 1 rollo, de 4 o de 16.

El cubo de basura es algo que aún no se ha inventado. Hay calles que acumulan bolsas, azules o negras, como si fuera una exposición de arte vanguardista. Otras, como la nuestra, tienen callejón destinado a los despojos. Aquí te obligan a reciclar pero tú tienes que dejar todas las bolsas en el mismo sitio, como no existen los cubos no existen los colores. Cuando el camión de la basura pasa lo echa todo a la misma saca. No deja de ser curioso que todo el mundo en casa lo meta en tres bolsas distintas.

Los ascensores son el artículo más codiciado, algo de ultralujo reservado al Empire State, el Top of the Rock y el downtown de cartera prominente. El mundo de los suburbios, léase el resto de la ciudad, no ha visto uno ni sabe lo que eso significa. El metro también dispone de una tremenda red de ascensores y escaleras mecánicas, si no me equivoco son unas 5 las estaciones que tienen uno integrado.

Las familias pequeñas y los solteros no existen o no compran en los supermercados. Las botellas de leche son de 4 litros, las de zumo de 2, los paquetes de azúcar de 5 kilos, las tarrinas de mantequilla dan para un año largo... sin embargo la miel la compras en frascos de pintauñas, eso sí, con forma de oso.

Tienen un mar enorme enfrente y dos ríos del tamaño de España pero la palabra pesca aún no ha entrado en su vocabulario. Sólo se consigue salmón o algo parecido a las carpas del Retiro, con una etiqueta que te avisa: "previamente congelado, procedente de Costa Rica o Japón", que se ve que están al lado. 

El café cuanto más grande más malo. Los tanques del Starbucks y derivados no tienen familia ni en sudamérica ni en África, creo que en el fondo ya ni recuerdan que salen de un grano molido. Existen en dos versiones o están tan calientes que tienes que esperar un cuarto de hora si no quieres aventurarte a perder la lengua o te lo bebes congelado con más hielos que el polo norte.

Siempre que pasas por la puerta del Dunkin donuts o hay un policía dentro o hay un policía saliendo o hay un policía entrando. Al menos las películas dicen la verdad en algo.

Si llueve, nieva o diluvia nadie se inmuta. La ciudad sigue siendo un hormiguero que exhala bocanadas de gente en todas las direcciones.

Cuando dejas de caminar por la calle mirando hacia arriba subes un escalón, asciendes de turista a residente.


2 comentarios:

  1. me has regalado una sonrisa con la descripcion del papel del vater , eres FANTASTICA!

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  2. me gusta que la miel vaya en frascos de pintauñas y la mantequilla sea enorme asi en la nevera se pueden enamorar
    un beso de 200gr

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